24/8/08

Alessandro Baricco dice...

Cuando se cae un cuadro. Cuando despiertas una mañana y ya no la amas. Cuando abres el periódico y lees que ha estallado la guerra. Cuando ves un tren y piensas tengo que largarme de aquí. Cuando te miras en el espejo y te das cuenta de que eres viejo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

(...)A mí siempre me ha sorprendido el asunto ese de los cuadros. Están colgados durante años, después, sin que pase nada, pero nada de nada, zas, al suelo, se caen.
No hay una causa. ¿Por qué precisamente en ese instante? No se sabe. Zas. ¿Qué es lo que ocurre a un clavo para que decida que ya no puede más? ¿Tiene él también un alma, el pobrecillo? ¿Toma decisiones?
No hay quien lo entienda. Es una de seas cosas que es mejor no pensarlas, porque si no puedes acabar volviéndote loco (...)

Y nadie quiere volverse excesivamente loco...
Y nadie quiere pensar demasiado.

Juan dijo...

Nadie quiere pensar demasiado para no volverse excesivamente loco.

Anónimo dijo...

Nadie quiere pensar demasiado para no volverse excesivamente loco.

Eso es lo que vos pensas!!